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sábado, 19 de noviembre de 2016

Sociocrítica



Sociocrítica

La sociocrítica es una disciplina bastante reciente. Nació en torno a los años setenta en Francia, como producto de la comunicación entre dos epistemes, que serían por un lado el materialismo dialéctico y por otro lado el psicoanálisis.
El objetivo de la sociocrítica, cuando nace como disciplina, era renovar sus aproximaciones a la literatura mediante dos procedimientos; integrando por un lado los diferentes avances que había propuesto el estructuralismo, la lingüística y la semiología, y por otro lado, privilegiando las mediaciones colectivas en su acercamiento a los textos, así como priorizar esa relación con la historia de los textos. La finalidad de estos objetivos era, por un lado, enunciar una teoría del texto y por otro lado enunciar una teoría del sujeto.
En este afán renovador que promueve la sociocrítica se produce un desplazamiento de perspectiva que va desde el exterior al interior del texto, es decir, desde la superficie de los contenidos a la estructura. Como vemos, se trata de una gran compilación de todas las perspectivas de análisis a lo literario: estructuralismo, lingüística, semiótica y sociología vinculados al materialismo dialéctico, al psicoanálisis, etc.
Según la perspectiva de estos autores, de una marea general, la sociocrítica se diferencia de la sociología de la literatura tradicional en primer lugar por su objeto de estudio. Entienden en este sentido que la sociocrítica en primer lugar se limita, dentro del ámbito de la literatura, al análisis del texto, y además dentro de ese dominio literario lo que interesa es el interior del texto: su estructura, las redes de sentido que elabora, el enfrentamiento que plantea entre discursos heterogéneos, etc.
Además de esta diferencia con respecto a la sociología de la literatura, creen que se diferencia porque parten de la premisa de que la realidad referencial sufre, bajo el efecto de la escritura, un proceso de transformación semiótica. Según su visión, este proceso codifica el referente bajo una estructura que proporciona otro sentido, ellos hablan de proporcionar, mediante la estructuración de otro sentido, las diferentes representaciones de lo vivido, donde incluyen lo vivido individualmente y lo vivido colectivamente.
Podemos afirmar entonces que lo que están haciendo es privilegiar las nociones por un lado de texto (porque lo intuyen como su objeto de estudio) y por otro lado la noción de escritura como ese proceso de transformación semiótica. Toda esta terminología nos suena a las disciplinas formales; sobre todo a la semiótica.

Contexto intelectual del que surge el concepto de sociocrítica
El marco y los debates en los que nace la disciplina están marcados por las disputas que se desarrollaron en Francia en las décadas de los sesenta entre dos perspectivas enfrentadas, por un lado las más formalistas, en concreto el estructuralismo, y por otro lado con los defensores del materialismo histórico. En estos debates, los estructuralistas reprochaban a los materialistas que hiciesen argumentaciones basadas en causa-efecto. Por otro lado los defensores del materialismo histórico, lo que reprochaban a los estructuralistas era que estuviesen haciendo un tipo de estudio completamente separado del contexto histórico. En medio de estas disputas, Roland Barthes decía que el debate estaba en la cuestión de qué lugar le estaba dando el estructuralismo a la historia.
Una de las críticas más radicales hacia el estructuralismo, perspectiva dominante en aquellos años, es la que le hace Henri Lefebvre. Este teórico creía y defendía a ultranza que en realidad el estructuralismo lo que hacía era transcribir una visión tecnocrática del mundo. Para él lo que hace esta doctrina es reproducir la ideología de la clase dominante disfrazándola de ciencia.
A pesar de tener una traición sociológica ligada al marxismo, la sociocrítica reconoce la validez del estructuralismo como metodología de estudio. Considera entonces que el estructuralismo ha realizado dos aportaciones fundamentales al estudio de la literatura, compatibles con el materialismo histórico: por un lado estaría la idea defendida de que para ser entendido, el hecho literario debe verse como un todo. Por otro lado, la tesis de que el sentido no está en el signo sino más bien en la relación que se establece entre lo signos.
La sociocrítica no ve que la pugna entre materialistas históricos y estructuralistas deba ser tan encarnizada, pues considera que ambas propuesta son compatibles, pero partiendo de la base de que el materialismo histórico aspira a construir lo que ellos llaman estructuras globales significativas, es decir, que doten de sentido a la concepción de la realidad.
Si parte del hecho de que las perspectivas no son incompatibles, lo que debe hacer la investigación literaria es interrogarse sobre la naturaleza de estas totalidades, y por otro lado, los criterios que se han utilizado para construirlas. Según ellos, lo que hace es utilizar el método estructuralista para poder llegar a un análisis dialéctico, es decir, lo que podemos entender como un análisis de las tensiones y de las contradicciones presentes en la sociedad.

Grandes referentes de la sociocrítica
Uno de los grandes referentes de la sociocrítica es Louis Althusser, que trata de unificar los estudios psicoanalíticos con el estructuralismo. Parte de la teoría del todo social, teoría marxista que considera que la sociedad es un conjunto jerarquizado que se determina en última instancia por la estructura económica.
Althusser, partiendo de esta teoría, afirma que el discurso es una práctica social específica. Según este filósofo, las prácticas sociales se articulan sobre lo que él denomina instancias. Las instancias son espacios materiales o simbólicos que están estructurados por modelos de comportamiento, por condiciones materiales, objetivos sociales y tradiciones específicas que a su vez se relacionan con lo que él denomina el todo histórico.
Esas prácticas sociales, entre las que se encuentra el discurso, se articulan en esas instancias que hemos definido, cada una de las cuales con sus propios ritmos. Lo que las une a todas ellas es que finalmente se encuentran afectadas o determinadas por la economía. La idea que trata de desarrollar Althusser con todo esto es que dentro de cada práctica social concreta, sea la que sea y en el momento que sea, se van a poder encontrar diferentes discursos. Si los discursos son prácticas sociales específicas, dentro de cada una de estas prácticas, jerarquizadas y vinculadas entre sí, pueden existir diferentes prácticas discursivas.
La propuesta de Althusser es que dentro de todas estas instancias que van a articular la práctica discursiva, es importante tanto lo que está presente como lo que está ausente. Por eso, va a ser necesario que en cualquier acercamiento a los discursos, entre ellos el discurso literario, se haga una lectura más atenta a lo que el texto no dice que a lo que dice.
Si todo esto lo relacionamos con las nociones del psicoanálisis nos damos cuenta de que lo que trata de mostrar es que esas cosas que no están, que están ocultas, se manifiestan como síntoma de una realidad subyacente. para Althusser, estas cosas que el texto calla lo que hacen es revelar las contradicciones sociales que subyacen a los discursos.
Partiendo de esta base, la sociocrítica adopta dos de los presupuestos enunciados por las teorías de Althusser: uno sería que la realidad está oculta bajo las diversas capas que componen el discurso social, y la otra sería que el analista podrá acceder a esa realidad oculta bajo las diversas capas si se fija en las discordancias discursivas, es decir, esas rupturas que el discurso pueda presentar, entendiendo por discurso algo completamente controlado. Cuando en cualquier discurso encontramos discordancias, algún síntoma que se escape al desarrollo lógico del discurso, es lo que nos muestra las propias contradicciones de las prácticas discursivas.
Otro de los grandes referentes de la sociocrítica va a ser el estructuralismo genético de Lucien Goldmann. De este autor toma la noción de sujeto transindividual. Si queremos equiparar este concepto con alguna otra noción más cercana, podemos entenderlo como un grupo social. Se trata del conjunto de individuos que comparten ciertas características que les lleva a agruparse bajo una imagen colectiva.
Los sujetos colectivos no surgen porque sí, no son sólo las condiciones externas lo que les llega a agruparse sino que hay una voluntad de reconocer en el otro una subjetividad común. 

6 comentarios:

  1. "Lucien Goldman" habla sobre la compleja relación que une y separa al individuo de la sociedad, este es uno de los grandes temas de la sociedad de origen marxista entre quienes mejor teorizaron sobre los vínculos que unen las ideas políticas y sociales con la literatura.

    Pensamiento: ✍🏿️💁 Por disposición oficial tenemos que dejar que piensen y construyan el conocimiento por si mismos.
    👦🏻 ¿Y no duele?

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  2. La sociocrítica pretende realizar una lectura de la obra ubicándola en un marco de tiempo y espacio determinado. Para esta corriente, la obra de arte, es una práctica social, que no se puede desligar de los imaginarios, de la mentalidades e ideologías de una época, por que la obra de arte evalúa los discursos de una época específica a través de las axiologías de los personajes, de las tamáticas y formas de escritura utilizadas.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. La sociocritica destaca la importancia de las vinculaciones sociales de la literatura. La crítica positivista estableció una relación profunda entre historia literaria y sociología procurando siempre analizar casualmente las relaciones entre un escritor o la literatura de una época y un ambiente social determinado.

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  5. . La teoría "socio-crítica" se encuadra entre los modelos "políticos". En estos modelos subyace el paradigma del conflicto, el cual se entiende como un proceso derivado del poder y de la interacción que se produce en el seno de las organizaciones. J. Habermas, representante de la escuela de Francfort, y, en general, la llamada nueva sociología de la educación, constituyen fuentes claves en su inspiración, que es de raíz marxista y psicoanalítica. 

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  6. La sociocrítica se interesa por la procedencia y condición social de los autores, así como por sus ideas políticas y sociales como ciudadanos y su grado de integración en el proceso social; se interesa también por el grado de dependencia de los escritores respecto de la clase dominadora o las fuentes económicas que le permitían subsistir, y la necesidad de trazar una historia del autor en la sociedad.

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